miércoles, 7 de octubre de 2009

El zapato de Inés


Su zapato le apretaba

Porque en su pie no cabía

Y la pobre Inés sufría

Con el dichoso calzado.

Pero Juan, su enamorado,

De ella se había apiadado

Y qué bien se lo metía

Pues con el truco había dado:

Por delante y con cuidado

Que hasta gozo producía

1 comentario:

Lala dijo...

Con este y el de los polvos de talco están servidas las señoras, jajajajaja!

Primero con la puntita
y después lo meto entero,
qué le gustan a mi niña
mis dotes de zapatero!
Jajajaja!


Lala